Últimos capítulos...

Últimos capítulos...

domingo, 7 de septiembre de 2014

93. Cosas de otros tiempos

Narra Ainhoa
Y sigo preguntando a mi mente y a lo que sea cómo hizo yo un parto completo. Me pregunto de verdad ya que me recuerdo vivamente de aquel día en que mi prima entra en trabajo de parto en la cada de mis abuelos de Barcelona. Yo, al lado de mi madre, casi desmayé por completo cuando Montse, mi prima, empezó a gritar de dolor. Salí de la habitación y nunca más entré en ella.
Pasados cuatro años, hago yo un parto completo y la verdad es que no es nada fácil. Lo cuanto sudé en aquellos intensos minutos, viendo la pequeñita viniendo al mundo, como si fuera en cámara lenta. Es emocionante, es intenso y os juro que quién ve un parto completo se queda con miedo de vivir un parto en la primera persona. Aquello parece una escena salida de una peli de terror y al mismo tiempo una escena de peliculas románticas, de aquellas que te ponen llorando hecha una loca, quitándote todo el aliento que tienes.
La pequeñita es la cosita más guapa y más mona que podéis imaginar. Tiene el pelo rubito, como Pablo, Casilda y Salvador tuvieron cuando nacieron. Rizitos color de oro, piel clarita, vaya niña más guapa! Es la nueva atración de la casa, si Elena y Salvador ya era unos abuelos embobados con la preciosa Sofía, ahora están aún más, una niña más, Laura es su nombre y llena la gente de felicidad completa. Abuelos embobados, padres de igual modo y padrinos rendidos a los encantos de la rubita. Quién son ellos? Pablo y yo... rendidos a los encantos de aquella cosita tan pequeñita, tan bonito, por Dios, qué nos morimos de amores por completo!
Nace una peque del lado de Pablo y de mi lado, Pedro me llama unos días después gritando en el móvil:
- Yo voy a ser padre, Ainhoa!
- Hombre, cuanta felicidad, eh? Pero yo tengo buenos oídos, no necesitabas de gritar!
- Anda, qué estoy explotando de felicidad!
- No es para menos, hermanito... muchas felicidades! Y cómo está Sara?
- Está feliz pero hay algo que no está muy bien...
- Qué pasa?
- Ella quiere una niña y yo un niño...
- Que va! Eso es normal.... te recuerdas cuando fue con Mario? Pobre Juana que tanto tuve que aguantar cuando supe que en la primera vez era un niño...
- Fue gracioso... que Mario casi terminaba en el hospital psiquiátrico... parecía un loco...
- Es verdad... a ver si el próximo no eres tú, eh? Relájate, sea lo que sea, lo que importa es que venga saludable!
- En eso tienes razón... y tú cómo andas? Desde los Reyes que no nos vemos y ya estamos en septiembre...
- Yo ando muy bien... yo sigo muy ocupada, por eso todavía no os he visitado...
- Siempre la misma excusa... cuando tienes las vacaciones?
- Las estoy teniendo ahora mismo...
- Y no vienes aquí? Es inadmisible, señorita Ainhoa Martínez Sierra...
- Yo estoy en Málaga...
- Tu y Málaga... Málaga y tu... tenéis mucho en común, eh?
- De qué Málaga estás hablando, Pedrito? Por lo que me parece no estás hablando de Málaga, la ciudad...
- Qué imaginación tienes! Vale... yo quería referirme a Pablo, lo admito... cómo van las cositas?
- Se van bien, genial...
- Solo eso?
- Qué quieres saber más? Quieres que te haga un relatorio completo de todo?
- Bueno...
- Acostumbrate a la parte en que yo tengo novio bien elegido, vale?
- No lo dudo... para pasares tanto tiempo sin venir aquí, debes tener mucho que hacer con Pablo!
- Qué gracioso eres, ñoño!
- Me lo imagino, Ainhoa... me lo imagino las cosas que haces por ahí...
- Tu y esa costumbre... no os separáis nunca...
- No debo estar muy equivocado... por las cosas que te he visto hacer en aquella vez en que nos fuimos a Ibiza...
- No me vengas con esa! Ibiza es un caso perdido...
- Perdido en todos los aspectos... yo nunca hizo un viaje tan loco como en aquella vez...
- Venga... es mejor ni recordar... es mejor ni recordar aquellas noches...
- Tienes razón... es mejor no hablar de eso...

(Flashback: Ibiza, hace cinco años)
El primer año de universidad se acababa, el primer año en que viví en otro país, lejos de mi familia, había sido un cambio muy grande, pero lo sabía que en el futuro iba a ser muy útil todo este aprendizage en una universidad tan prestigiosa como esta. Llegan las vacaciones de Verano y para mi buena sorpresa, mi padre y mi madre me regalan con algo fabuloso: una semana en Ibiza con mis hermanos. No, nada de padres con nosotros, lo sabían que el ambiente de Ibiza no era para ellos.
Qué riquísimo! Desde siempre deseaba irme a Ibiza, dicen que las noches son la locura total y ya era cierto que yo, con tan solo 19 años, iba a vivir de las mejores vacaciones de siempre.
Yo soltera sin novio, Pedro soltero sin novia y Mario casado con Juana hace pocos meses, qué sería de esperar? Buenísimas aventuras, seguro. Llegamos a la bonita Ibiza llenos de enrgía, con las ganazas a la flor de la piel. Esas mismas ganazas buenas fueron usadas en fiestas nocturas llenas de locura.
- Hey! - me aparece un muchacho de los buenos, moreno, muy moreno, pelo negro, un pedazo de hombre, os digo.
- Hey! - respondo – Te conozco?
- No... pero yo quiero conocerte, me pareces que llegaste a Ibiza hace muy muy poco tiempo...
- Es verdad... estoy aquí hace dos días...
- Venga... yo soy David...
- Encantada... Ainhoa...
- Tienes un nombre bonito... dónde eres?
- León... pero tu sabes dónde es eso?
- Por supuesto que lo sé... yo soy de Navatejera... somos vecinos!
- Vaya casualidad! Yo tengo familia viviendo en Navatejera..conocías el abogado Fernando Sierra?
- Era mi vecino...
- Anda que... él era mi abuelo!
- No me lo digas que eres la hija de la enfermera...
- Sí, lo soy... la conoces?
- Hombre, que ya estuvimos jugando juntos cuando éramos pequeñitos, tu y yo...
- Cómo este mundo es pequeño... vivimos casi tan cercos y nos fuimos a encontrar aquí!
- Has venido sola?
- No... vino con mis hermanos...
- Ellos están aquí? Hace tiempo que ya no veo a Pedro y a Mario!
Nos juntamos todos y hicimos un fiestón dentro de un fiestón. Al rededor de una mesa, copas tras copas, bailes, tonterías, nos divertimos toda la noche. Confieso que sentí algo por aquel chico y todavía andamos entre unos besitos, unos abrazos y tal por unos meses, pero cuando volví a Ginebra para más un año de universidad, terminamos todo, tanto yo como él ya lo sabíamos que esto iba a sucederse. Yo con 19, él con 21, los dos en la universidad, deseando carreras distintas, viviendo para los libros de las materias a estudiar, no podría resultar en algo que se quedase por mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario