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lunes, 15 de septiembre de 2014

101. Contaje de diez, diez emociones

Narra Pablo
- … diez...
- … nueve...
- … ocho...
- … siete...
- … seis...
- … cinco... - se gritaba aún más fuerte.
- … cuatro...
- … tres... dos... uno...
- Feliz año nuevo! - gritábamos todos ya con el champán saliendo por las botellas explotando para el aire.
Al invés de empezar el nuevo año cantando como siempre se sucedió, mi hermano empieza a bailar con mi cuñada y a poco y poco se fueron todos contagiando, creo que hasta los dos perritos se contagiaran a excepción de yo.
- Qué haces así tan inmóvel? A bailar ya! - me dice Ainhoa.
- Yo no...
- Tus padres te han dado la colita para qué? - me interrumpe - Es para moversela bailando... anda! - me da su mano en una invitación sencilla.
Hago señal con la cabeza diciéndole que no, pero ya seria de preverse que Ainhoa no iba a contentarse con mi respuesta. Empieza con sus “dramas de broma”:
- Es así que tu me quieres? Ni bailas conmigo... ni conmigo? Esto se acaba por aquí, Pablo...
- Tu bailas mejor que yo...
- Por eso mismo que estoy invitando... venga, que te enseño a entrar en el ritmo más rápido de lo que piensas...
- No lo sé...
- Lo sabes sí...
- Si yo te decir una cosita tu bailas?
- Depende...
- Yo te odio... ahora vienes a bailar conmigo...
- Bueno... - me acerco a ella, cambiamos sonrisas cómplices y yo sin saber cómo empezar con el baile. Me acerco a su cuerpo y agarro en sus manos.
- Hombre, estás con miedo?
- Miedo?
- Acércate más... que yo no quiero ese cuerpecito reluciendo para el aire...
- Entonces quieres qué se reluce para dónde?
- Pues... - acerca su boca a mi oído - … reluciendo en mi cuerpo es mucho mejor, ya lo sabes que a mí no me gustan los desperdícios... - me susurra.
- Sabes que eses desperdícios no... es decir... no me gustan... - musito.
- Nos vamos a lo que interesa o continuamos con esta conversación más indirecta que nunca? Venga, que tu has venido para bailar.
Un paso adelante, un paso trás y me lo creo que después de unos dies errores, entré por fin en el ritmo de la canción y en el ritmo de sus pies que dejaban a cualquiera tonto de tanto movimiento constante.
- Bien... que tu no bailas así tan mal como dices, hombre!
- Y tu primer chiste del año nuevo tenía que ser ese?
- Y tu primera tontería tenía que ser esta? - pone sus manos en mis mejillas – Si no fueses mono, no te perdonaría... pero bueno, cómo eres una monada y otras cositas más que yo lo sé perfectamente... a partir de hoy no me digas que bailas mal, vale?
- Yo seguiré diciendo lo mismo... - le provoco.
- Te puedo tirarte por la ventana?
- No hagas eso, mi vida... - le sonrío – Ya que somos aquellos que siguen haciendo tratos, podemos hacer el primer trato del año ahora mismo...
- Oye, oye... depende del trato, vale?
- Tu me enseñas a bailar bonito y yo dejo de decir que bailo mal...
- Empezamos ya... solo queda un pormenor...
- Cuál?
- Qué tipo de baile quieres que te enseñe? - me susurra.
-Por mí puedes enseñarme todos... hasta aquellos que estás imaginando... - con una sola mirada la ponía con aquella carita de quién está pensando más adelante, es decir, que con tan sola una palabra esté pensando en mil y una cosas.
- Pablo, tu conmigo bailas hasta las nubes...
- Entonces llévame ya a esas nubes, mujer... - le sonrío en un acto de complicidad.














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