Narra
Pablo
Extraña.
Muy extraña fue la sensación que tuve cuando me fui a dormir (a
intentar dormirme), me acosté a la cama y estaba solo. Ya había
olvidado de la sensación de tener la cama totalmente para mí. Antes
era la mejor sensación del mundo, ahora, la peor de todas. Me giraba
un montón de veces, el sueño no estaba para aterrizarse en mí.
Aquella
parte de la cama vacía, aquella almohada sin albergar su pelo suave
y brillante, todo aquel vacío que estaba a mi lado me hacía sentir
extraña, me hacía echarla de menos un montón.
Las
buenas noticias llegarán cuando ya estaba harto de tanto girarme de
un lado al otro, de haber experimentado todas las posiciones y más
algunas para quedarme dormido.
“Buenas
tardes para mí y buenas noches para tí, cariño! Aquí te saludo
desde LA, con esto pedazo de vista, la vista de mi suite executive...
todo un lujo!” - una selfie suya, por detrás estaba la vista de
Hollywood, preciosísima - “Para que lo sepas, sería muy útil
que estuvieses aquí, con una king size bed y un anhelo que no lo
imaginas, sería más que perfecto! I reallyyyyyyyy love you,
muchacho! <3”
Por
fin he tenido noticias de mi chica. De hecho, ella estaba muy
contenta y enérgica y es obvio que yo, a pesar de tranquilizarme un
poco por saber que el viaje ha sido bueno, daría todo lo que fuera
necesario para ponerme en un avión y volar hacía ella.
“Que
aproveches un montón, preciosa! Yo estoy volando hacía
ahí............. jajajajaja No te olvides de que te quiero más que
mi vida, vale? <3”
Narra
Hugo
Pueden
llamarme de loco, obsesionado, lo que sea, pero no me gusta nada
estar solo en la cama. Es una de las peores sensaciones que puedes
sentir cuando te casas: si tu pareja está lejos de tí, sientes un
vacío de los grandes dentro de tí. Nada te llena, ni las copas de
alcohol, ni una salida por la noche. Esas cosas todavía te hacen
sentirte más vacío de lo que estás, te recuerdan más veces de que
la persona que quieres de verdad y que eres capaz de hacer de todo
por ella no está a tu lado por unos momentos.
Hay
un pormenor positivo en todo esto: estoy cierto de que no soy el
único que estoy sintiendo esto. Lo sé que Pablo debe estar igual o
tal vez peor que yo, hasta un ciego puede ver que él quiere a Ainhoa
de una manera que nadie lo puede imaginar y que ella, que ya la
conozco hace unos años, o ama como nunca amó a nadie.
Sabéis
de aquellos niños que no se largan ni por nada? Pues ellos son algo
igual a eso, en versión adulta. Están constantemente jugando,
sonriendo todas las veces que están juntos y es como dice Marisol:
de aquí saldrá una historia fabulosa y que pronto traerá sorpresas
de las buenas.
Impresiona
al verlos si pensamos en las palabras de Ainhoa hace poco más de un
año: “Yo empezaré una relación después de los cuarenta...”y
“Un año no es lo suficiente para saber si quieres alguien de
verdad?”. Pues dónde está la chica que ha dicho esto? Qué es
hecho de la Ainhoa que se afirmaba ser soltera con orgullo y que para
ella los hombres eran algo que estaba en segundo plano? Desapareció
por completo, nació una nueva Ainhoa, que da gusto verla vivir y
verla feliz. Al final lo que queremos de nuestros amigos es su
felicidad y que jamás dejemos la amistad.
Ahora
pensando en otra cosa... qué estarán haciendo ahora mismo las dos
chicas que yo y Pablo hemos visto partir juntas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario