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viernes, 8 de agosto de 2014

60. Guerra declarada?

Narra Ainhoa
Ayer estaba rabiosa por mi jefe, hoy creo que será casi igual, pero con Elena. Joder, qué tiene esta mujer contra mí? Que se hable poco es una cosa, ahora que se ignore casi por completo las personas eso ya es otra muy distinta de la primera.
Y no es que yo llego a la cocina, le digo “Buenos días” y ella no me contesta? Además, su cara fue todavía peor que no contestarme, por mucho que intente disfrazar, yo aguantaré por mucho tiempo, luego yo que no aguanto esto tipo de reacciones! Si no te conocen profundamente, qué motivos tienen para no querer tener una conversación casual, por Dios?
Ella es la única persona de esta casa que está reaccionando así, los demás son unas simpatías increíbles. Casilda, que ya me conocía un poco, siempre tiene algo con que hablar conmigo, así como los dos hombres de nombre Salvador. Todo el mundo es muy majo conmigo, a excepción de Elena. Las cosas entre nosotras ya no estaban muy buenas, pero cuando ella vio que estaba pintando las uñas a Sofía, empeoraran completamente cuando terminé y me fui a la cocina. Estaba sola, ella llegó y un clima de tensión se instaló en aquella parte de la casa.
- No lo sabía que sabías pintar tan bien las uñas, Ainhoa... - me dice – No me pareces que seas una chica vanidosa como las demás...
- Soy vanidosa a mi manera... nunca me ha gustado ser igual a los demás...
- Sabes que por veces ser diferente es malo...
- Si fuese así tan malo yo no tendría ganado el premio de originalidad y creatividad por dos veces en la universidad...
- Y en cual universidad fue?
- Universidad de Ginebra... - y no es que Elena se queda mirándome muy seria para mí cuando le he dicho en que universidad estudié? Qué estaba pensando ella? Que estudié en una universidad sin prestigio? Que tengo licenciatura y máster mal hechos? Lo siento, señorita, pero yo estudié en de las universidades con más prestigio y de las más caras en todo el mundo y fui de las mejores alunas de mi curso, vale? Por lo que me parece, Elena tiene un estereotipo de la mujer perfecta para Pablo y pensaba ella que yo estaba muchísimo más abajo de lo que ella imagina!
- Y tu familia ha podido pagar una universidad tan cara?
- Sí... yo sé lo que debe estar pensando de mí, Elena... - y comienzo a descargar aquello que ya aguanté hasta ahora - … seguro que está pensando que yo vengo de una familia común de España, que tengo licenciatura y máster mal hechos como muchísima gente en esto país, pero le aseguro que está totalmente equivocada.
- Te aseguro que no, Ainhoa... lo que dices no...
- Lo siento, Elena... - le interrumpo – Lo siento que tenga un estereotipo de la mujer perfecta para su hijo y que yo no encaje en ello... pero a mi me da igual, porque si a su hijo le gusto es lo que importa...
- Tu no eres así tan grande y es por eso que eres así tan sencilla...
- En serio? Entonces le digo que yo soy de la familia Martínez Sierra de León, una de las familias más ricas y con más influencia en León y toda la provincia de Castilla y León... soy hija de un general del ejército y de una enfermera jubilada... yo, así como mis dos hermanos, siempre estudiamos en los mejores colegios de toda la España y en universidades extranjeras... yo no demuestro ser grande porque fui educada así, no me gusta estar exponiendo a todo el mundo que soy rica porque en la verdad yo no lo soy... mis padres sí, lo son...
- Con el tiempo veremos si eres así tan grande...
- Eso es... el tiempo le vaya decir quién soy yo al final...
- Te crees que me equivocas? - me susurra ella a mi oído antes de salir – Yo lo sé que quieres alcanzar algo y estás utilizando mi hijo como un medio para llegar a ello...
- A ver si eso es verdad, Elena... a ver vamos... - le susurro también.
Elena sale y os juro que más tensión de la que hay ahora es imposible. Para que lo sepan, yo no soporto la gente que me juzga antes de conocerme verdaderamente y que duden de quién soy yo. Para probarles que al final no digo ni demuestro nada más de lo que soy en la verdad, lo demuestro con actos cuando las palabras no son suficientes para ellos.
- Está todo bien? - llega Pablo.
- Sí...
- Qué cara es esa, cariño?
- No es nada, no te preocupes... - y yo herviendo en mi interior por las palabras de Elena.
Estará declarada una guerra entre madre y la novia de su hijo? Cada cosa que me aparece que no puedo decir que ya he visto de todo en esto mundo!

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