Narra
Ainhoa
-
Ainhoa... el jefe quiere hablar contigo... - me informa Marisol junto
a la puerta de mi escritorio – Él está cabreado más que nunca
contigo!
-
Yo me voy... me buscas en unos quince minutos? Necesito que me hagas
una búsqueda sobre una cosa...
-
Vale, después me encontraré contigo... mucha suerte...
-
Creo que voy a necesitar de ella...
Antes
de golpear la puerta del escritorio, respiro profundamente y intento
llenarme de calma porque lo sé que confrontar esto jefe cabreado es
como confrontar un toro en el San Fermin en Pamplona.
-
Se puede? - pregunto después de golpear la puerta que estaba un
poquito abierta.
-
Sí...
-
Usted quería hablar conmigo, Aitor?
-
Tenemos muchísimo que hablar, Ainhoa... esto no puede ser así...
siéntese... - no me está gustando nada su cara y para él decirme
para sentarme es porque un huracán viene por ahí.
-
Pues... cual es el tema?
-
Usted, Ainhoa... bueno, voy a tratarte por tu que no eres una señora
mayor...
-
Eso es...
-
Sabes perfectamente que tienes más ventajas con tus días libres que
los demás porque eres una profesional excelente... pero... - levanta
la voz - … pero eso no quiere decir que puedas faltar a una reunión
tan importante como la de esta mañana! Sabes las consecuencias que
eso ha traído? Ellos no firmaron contrato con nosotros porque ellos
quieren que tu participes en ello! Buen trabajo que has hecho, sí,
sí!
-
Mira una cosa, Aitor... - me levanto ya con los nervios levantados –
Yo llegué más tarde de lo previsto porque me quedé dormida, no
escuché el despertador, vale?
-
Bonita excusa, Ainhoa...
-
No es excusa... sabes perfectamente que estoy trabajando mucho más
de lo que debería, toda la dirección lo sabe que estoy trabajando
más 10 horas durante toda la semana y poco más me pagan! Yo no
contesto esa parte porque yo hago esto con gusto, es esto lo que me
gusta hacer y no me importa cuanto dinero entra en mi cuenta en el
banco todos los meses!
-
Ainhoa, esto es muy simple... sabes, no pienses que me vas a pasarme
porque yo no lo voy a permitir... yo soy tu jefe y tu cumples las
órdenes que te doy... te cuesta mucho comprender?
-
Qué?! - enhorabuena, ahora él vaya ver el otro lado de mí – Mira
una cosa, Aitor... tu estás en el cargo que estás porque tu padre
es el dueño de todo esto! Porque si no fuera él, no sé dónde
estarías ahora mismo, quizás estarías en la oficina de empleo
buscando trabajo! Y mira otra cosa... tu eres mi jefe, sí es verdad,
pero qué coño de jefe eres si vives preguntando a todos lo que se
tiene que hacer, cómo lo vamos hacer, no tienes control completo en
todo lo que pasa!
-
Mira bien lo que estás hablando, Ainhoa!
-
Yo sé muy bien de lo que estoy hablando! Esto para no tocar en el
asunto de Beatriz... te olvidaste que yo os pillé haciendo cosas que
no deberían estar haciendo en la sala de reuniones?
-
No digas nada más sino tendrás problemas...
-
Problemas?! Tendré problemas por estar diciendo la verdad? Todo el
mundo que está aquí dentro trabajando sabe muy bien quién eres...
bueno, todos excepcionando la dirección que parece que está ciega,
no está viendo que esto tarde o temprano vaya arruinarse!
-
Pero qué está pasando aquí? - entra Antonio, el dueño de la
empresa y padre de Aitor.
-
Es Ainhoa que... - dice Aitor.
-
No digas nada! - grita Antonio – Ainhoa, puedes volver a tu
escritorio y sigue con tu trabajo...
Yo
salgo de allí y casi que puedo apostar que aquella discusión ya es
el tema de todas las conversaciones entre colegas de trabajo aquí.
Ya estaba un poco enfada con Aitor porque hace unos días que seguía
dando indirectas para mí, pero hoy él llegó a su limite y estoy
más rabiosa que nunca. Que nadie venga hablar conmigo sino soy capaz
de provocar una tempestad gigante!
Narra
Pablo
-
Oye, Pablo, entonces porque no venís a pasar el fin de semana aquí?
- pregunta mi padre por teléfono.
-
Pues, todavía no habíamos pensado en eso...
-
Será buenísimo... y también como tus hermanos aún no conocen a
Ainhoa, es la oportunidad para que todos se conozcan...
-
Pues claro que sí, papá... vamos a ver si podemos y por la tarde te
lo digo si nos vamos o no, vale?
-
Vale... y como están las cosas entre vosotros?
-
Están muy bien...
-
Qué bien... sabes que me sorprendí cuando la he visto como tu
novia, pero ella es una buena chica...
-
Es una chica maravillosa...
-
A tu madre me parece que no le gusta mucho y nadie sabe el porqué...
-
Sabes como es mamá... pero verás que pronto a ella le vaya gustar
muchísimo...
-
Por supuesto... en esta vez has acertado en la chica, como ella hay
pocas... me encantaría estar aquí hablando un poquito más, pero
tengo que irme...
-
Vete que yo no quiero que andes por ahí retrasado! Un besito para
todos ahí, papá...
Y
con esta llamada a mi padre me quedé inspirado para escribir. Así
lo hizo, recojo una hoja y un boli y las palabras empezarán a salir
todas ellas sincronizadas, de un modo ordenado y bonito... así se
fueron construyendo verso tras verso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario