Últimos capítulos...

Últimos capítulos...

jueves, 31 de julio de 2014

51. Una indirecta, un cambio completo

Narra Pablo
Abrí los ojos después de seguramente estar algunas horas durmiendo profundamente. Estaba en una habitación de hospital, acostado en una camilla y Ainhoa estaba a mi lado durmiendo profundamente, en un espacio tan pequeño que me parece imposible quedarse dormido así.
No lo sé como aún no se han dado cuenta que ella está aquí o quizás ya la han visto y la dejaron. Yo lo sé que ella odia los hospitales y solo entra en ellos cuando necesita o cuando es estrictamente necesario. Me impresiono como pude quedarse dormida en un lugar que tanto odia, en un espacio tan pequeño.
La verdad es que me enamoré de una mujer impresionante, de esas que da miedo perderlas de tu vida. Cuando menos espero, ella me impresiona, como es el caso de ahora con esto gesto que para mi tiene un significado muchísimo más grande de lo que podéis imaginar.
Con el máximo cuidado acaricio su cara haciendo con que no se despierte. Al final no estaba así tan mal porque la tenía a mi lado y todo parece ser más fácil y más sencillo.
Escucho la puerta abriéndose y el doctor estaba entrando. Puedo apostar que me va a decir que Ainhoa no puede estar aquí y que tendrá que salir.
- Cómo se siente, Pablo? - me pregunta bajito.
- Bien...
- No es para menos... - y mira a Ainhoa – Yo le he dicho que podía estar aquí unos minutos mientras estaba durmiendo y al final ya está por aquí hace más de cinco horas...
- Ella no puede estar aquí?
- No se preocupe que ella no será expulsa... solo estoy permitiendo eso porque no está haciendo ruido ninguno y porque la he visto en un estado de nervios tan grande que no me atreví a despertarla hace unas dos horas cuando vino aquí ver si ya estaba despierto...
- Vale, vale... muchas gracias...
- Usted ya está con una cara muchísimo mejor... ahora intente descansar más que es imprescindible para quedarse perfecto y marcharse de aquí... - sin nada más para decirme, el doctor sale de la habitación.
Yo miro a Ainhoa de nuevo y automáticamente dibujo una sonrisa en mi cara por ver a un ángel que se cayó del cielo para entrar en mi vida durmiendo de una manera tan hermosa, pero tan hermosa que no quiero jamás quedarme dormido a penas para verla disfrutando de aquello sueno tan profundo.
Ella empezó a moverse un poco y sin embargo sus ojos marrones que me hacen perderme completamente se abren y ella me sonreí como solamente ella lo sabe hacer.
- Cómo estás? - me pregunta.
- Estoy muy bien... simplemente porque tu estás aquí...
- No seas bobito... yo ya debería estar fuera de aquí hace mucho tiempo y estoy rompiendo las normas...
- No te preocupes que el medico vino aquí dos veces y no te expulsó... si no haces ruido, puedes estar aquí... - y acaricio su pelo tan suave.
- Que bien... y tu? En que andas pensando para tener así un ataque de ansiedad tan grande?
- En muchísimas cosas...
- Yo creo que dejarás de pensar en una cosas que yo lo sé que vives pensando hace muchos días...
- Pues dímela...
- Yo espero que en tu casa tu cama sea más grande que esta sino te aseguro que llevaré la mía...
Que pare todo ahora que Ainhoa me ha mandado una indirecta hermosísima, cuanta creatividad! Yo le sonrío y le pregunto:
- Estás hablando en serio?
- Yo estoy con cara de quién está bromando? Claro que estoy hablando en serio, hombre!
Que se echen cohetes en el cielo que esto merece ser celebrado con un fiestón! Vaya cuanta felicidad me ha dado una indirecta tan original y cuantos cambios vaya traer! Son buenos cambios, muy buenos cambios porque un nuevo capitulo comenzará, un capitulo que deseo que no termine nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario