Narra
Pablo
Ahora
que todo está bien, parece que la vida toma un rumbo con mucho más
sentido de lo que tenía antes. Caminar está siendo más fácil
porque la tengo a mi lado, siempre dando la fuerza suficiente para
que no me caiga y para seguir adelante.
Mejor
que esto sería tenerla a mi lado todos los días cuando me
despertase, verla antes de quedarme dormido por la noche, compartir
todas mis cosas con ella, pero todavía tengo que esperar por su
respuesta, que no tengo ni idea de cuando me vaya decírmela.
Por
lo menos ya tengo el placer de antes de irme al estudio pasar por su
casa y darle un beso de buenos días. No fallo ni un tan solo día y
ver su sonrisa antes de cerrarme en las cuatro paredes para componer
y grabar canciones es algo que no tiene precio.
Hoy
fue una excepción. Me quedé dormido después del despertador sonar
para supuestamente despertarme y por eso salí de casa corriendo, con
el móvil en mis manos que me decía que Mariola ya me tenía llamado
unas 10 veces.
Hizo
una llamada bien corta para Ainhoa deseándole un buen día y luego
entro en el estudio, corriendo hecho un loco para no llegar aún más
retrasado de lo que estaba.
Hoy
el día promete ser de cosas muy buenas ya que me voy a grabar las
primeras canciones para el disco. Será un día largo, pero muy
productivo.
Me
siento en la silla del estudio y comienzo a ver cuales son las
canciones para grabar hoy. La banda ya comienza a arreglar los
instrumentos para que nada falle, además, nada puede fallar cuando
llegamos al momento de la grabación de alguna canción.
Por
entre todas aquellas hojas blancas escritas, yo me vuelvo totalmente
en el espirito de las canciones y las ganas de grabar empiezan a
aumentar a casa segundo que pasa.
Estaba
leyendo la letra de una canción que aún me recuerdo que la escribí
en el avión rumbo a México, cuando un dolor muy fuerte en mi pecho
me hizo quedarme sin respiración ninguna.
-
Pablo, estás bien? - me pregunta Manuel, mi productor.
-
Sí, estoy bien... ya pasó... - y en la verdad esto fue algo
momentáneo, luego desapareció y volví a la normalidad.
-
Seguro? Tu cara no está con descripción de eso...
-
Yo estoy bien, Manuel, no te preocupes...
-
Vale... entonces empezamos a grabar las canciones?
-
Vamos... - y entro en el estudio de grabación, dónde toda la banda
ya me esperaba llena de energía y con ganas de grabar.
-
Que comiencen a tocar en 3... 2... 1... ya! - y la banda haz sonar
todos aquellos instrumentos con una melodía hermosísima.
Yo
contaba los tiempos correctamente para no retrasarme ni adelantarme
del momento en que comenzaba a cantar. Estaba a punto de hacer salir
da primera palabra cuando una vez más siento aquel maldito dolor en
el pecho, pero ahora fue aún más fuerte y ahí la respiración dejó
de existir.
-
Pablo, estás bien? - me pregunta Lolo.
Yo
pude responder nada porque la respiración me cortaba completamente
las palabras de la boca. El dolor se intensificó un poco y ahí ya
no podía escuchar a 100% lo que me estaban diciendo.
Pongo
la mano en mi pecho porque ya no aguantaba de tanto dolor, parecía
que el corazón estaba dando los últimos latidos y mis piernas ya
estaban muy frágiles, tan frágiles que ya era imposible sostenerme
en pie.
David y Lolo me ayudarán a sentarme en una silla, Mariola que también
estaba por allí me da una vaso de agua y empiezo a ver todo que
estaba al rededor de mí girando sin parar hasta que me vuelvo en
algo extraño, tan extraño que creo que me quedé dormido.
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