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sábado, 26 de julio de 2014

46. Qué responder?

Narra Ainhoa
- Suelta las palabras, hombre! - le digo.
- A mí... a mí me encantaría que vinieses a vivir conmigo...
Y aquello pedacito de pan que estaba comiendo fue ingerido en seco cuando él terminó la frase. No estaba esperando una pregunta así y por eso me quedé en silencio por unos segundos.
- Ainhoa, simplemente dime aquello que sientes, no te estoy forzando a hacer nada, vale?
- Sinceramente, yo no sé que responderte... - le digo - … yo no estaba esperando una pregunta así y jamás pensé que en tan poco tiempo esto se desarrollase tanto... yo no quiero darte una respuesta y después arrepentirme...
- Yo te comprendo... me das la respuesta cuando quieras... yo espero...
- Y tendrás tu paciencia para esperar?
- Contigo yo tengo toda la paciencia del mundo...
Ahora decidme: cual es la mujer que no se derrite con estas cosas? Vaya hombre que tanto hace mi corazón derretirse con sus palabras tan bonitas!
- Seamos racionales por un rato... - digo – Todo el ser humano llega al punto de perder la paciencia que tiene tarde o temprano... tu no eres excepción...
- Oye... yo lo sé que tendrás que pensar porque sé perfectamente que tu no haces nada sin pensar muy bien antes... piensa y después me das la respuesta, yo no te voy a juzgar ni voy a terminar con todo esto si me dices sí o no... tu eliges lo que piensas que será mejor...
- Te lo prometo que voy a pensar en lo que me has dicho... - y le sonrío.
Yo tendré mucho que pensar. Muchísimo, porque simplemente no sé si debo decirle “Sí, yo me voy a vivir contigo” o entonces le digo “No, no me voy a vivir contigo ahora”.
Cada respuesta tiene sus puntos positivos y sus puntos negativos.
Si le digo que acepto será bueno en una parte porque pasaré más tiempo con él y es obvio que nuestra intimidad se desarrollará aún más. Por otro lado, vivir juntos es casi la misma cosa que estar casada, o sea, algo que pronto no tengo el objetivo de serlo.
Después tenemos la otra situación: decirle que no. Si le digo esto, es de esperar que él se cuestionará interiormente el porqué de mi respuesta y por mucho que intente justificar, habrá siempre algo que él no comprenderá. La parte positiva de decirle que no es que voy a mantener mi casa y mis normas, en su casa será distinto, pues tendremos que fundir las normas de cada uno y hacer con que lleguemos a un acuerdo, algo que ya escuché de mucha gente que no es fácil y siempre existen punto que jamás llegarán a un acuerdo mutuo.
Estoy en el medio de un puente y no sé para qué lado debo irme. Me siento tan mal porque cualquier mujer que tuviese un hombre como Pablo le diría rápidamente que sí, pero yo, porque soy siempre diferente, simplemente le digo que tengo que pensar. Creo que debo merecer una cachetada bien fuerte, no?
No estoy exagerando. Se nota que miles de chicas sueñan en tener un chico como Pablo en sus vidas y yo tengo la muy buena suerte de tener el “original” en mi vida. Esas chicas seguramente que le responderían que sí inmediatamente. Yo, Ainhoa, la chica que es siempre diferente de las demás, no sé si le respondo con un “sí” o con un “no”.

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