Narra
Pablo
Quedarse
dormido viendo a la persona que quieres durmiendo como un ángel
después de una noche de amor resuelta en un sueno tranquilo, feliz y
en un despertarse lleno de felicidad.
Abro
los ojos y a mi lado está Ainhoa, durmiendo profundamente con las
sábanas cubriendo su cuerpo desnudado por mí. Los rayos de sol
empiezan a entrar por la ventana y la habitación se llena de esa luz
natural. Me quedo parado, la contemplo y acaricio su pelo suave.
Estoy muy feliz. Ella ha confiado en mi completamente y me dejó en
las manos el poder de su cuerpo, la responsabilidad de hacerle sentir
deseada, sentir el placer y eso no tiene precio. No lo sabía que fui
el primero, eso no es lo más importante. Lo que deseo es ser el
último, el último que le regalará una noche de amor en su vida.
-
Buenos días princesa... - le susurro cuando se despertó.
-
Buenos días... - su sonrisa me mata y su brillo es más fuerte que
todos los rayos de sol que están entrando por la ventana –
Princesa? Yo?
-
Sí... hay alguien más en esta habitación para que pueda llamarle
de princesa?
-
No, solo somos nosotros...
-
Eres tu la princesa...
-
Imposible, Pablo... eso es imposible...
-
Porqué?
-
Mi padre es General, no es Rey...
-
Te gusta jugar conmigo, eh?
-
Me encanta... - y muerde su labio. No resisto, acerco mi cara de la
suya, mi nariz tocando en lo suyo y la desafío:
-
Quieres saber lo que me encanta?
-
No sé si quiero saber...
-
A mi me encantas tu... - muerdo su labio lentamente y la beso
suavemente, para que no se pierda ninguna sensación del beso. Sus
manos en mi cuello provocan unos escalofríos maravillosos, un erizar
de mi piel y un latir del corazón impresionante.
Fuimos
interrumpidos con alguien golpeando la puerta. En lo comienzo no
hicimos caso, pero la persona que golpeaba insistía.
Como
mi camisa era lo que estaba más cerco de Ainhoa, la vistió y se fue
hacía la puerta. Le queda mucho mejor en su cuerpo que en mí, os
juro, con el moreno de su piel contrastando con el blanco de la
camisa. Fabuloso.
-
Buenos días, Ainhoa... - era una voz femenina que estaba hablando
con ella – Qué haces vestida con una camisa? Es una camisa de
hombre?
-
Qué te importa eso, Marisol?
-
Tu?... No me digas que es Hugo porque él se acostó con una chica,
los vi besándose locamente anoche...
-
No te preocupes con eso... yo estoy bien, vale?
-
Bueno, por lo menos me puedo despedir de ti?
-
Claro... - se abrazan y se despiden.
-
Yo no puedo entrar?
-
No... vete, que tengo más que hacer, chica!
-
Muy bien... nos vemos en Madrid en dos semanas?
-
Por supuesto... adiós... - cierra la puerta y empezó a reírse como
si no hubiera el mañana.
-
Qué pasa? - le pregunto.
-
Ella se va a matar para descubrir quién yo estaba ocultando!
-
Tu no estabas ocultando a nadie...
- Por supuesto que no! Solo tengo en la cama de mi habitación al cantante que es top de ventas de España y que es deseado por miles de chicas! Eso no es nada! - su cara de ironía es algo de precioso, es una monada.
- Por supuesto que no! Solo tengo en la cama de mi habitación al cantante que es top de ventas de España y que es deseado por miles de chicas! Eso no es nada! - su cara de ironía es algo de precioso, es una monada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario