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domingo, 22 de junio de 2014

3. Cajas de recuerdos

Narra Ainhoa
No soy fan de Pablo Alborán y tampoco voy a ser ahora que le conocí. Esto chico se cree que por ser famoso y por ser deseado por tantas chicas, que ya puede conquistar cualquiera con sus palabras y sus juegos de preguntas.
Después de tener todas las cajas en el salón, empiezo a poner todo organizado en su sitio ya que mañana voy a empezar a trabajar y seguramente que tendré poco tiempo para hacer esto.
El apartamento es muy bonito. Tiene dos habitaciones, una cocina moderna y un salón con un sofá tal como me gusta. No es el mayor apartamento ni lo más lujoso, es lo ideal para mí.
Lleno el armario de la habitación con toda mi ropa, mis zapatos, bolsos y otras cosas más. Por lo menos no tengo el problema de tener que aprovechar cada rincón del armario, tal como se sucedía en mi apartamento en Madrid.
En la otra habitación preparo una especie de “escritorio”. Lleno el armario que existe con dossieres, montones de papeles. Abrí la caja de los recuerdos y lleno la estantería con casi todo: fotos, algunos muñecos que me han dado y junto a la estantería he puesto la guitarra.
Como Pablo ha dicho, esta guitarra es antigua. Fue mi bisabuelo que la compró y fue pasando de generación en generación hasta que llegó a mis manos. Yo sé tocar guitarra pero no tanto como mi padre, mi abuelo y toda mi familia. Me encantaría saber tocar muy bien, pero, con el poco tiempo que tengo, eso es una tarea imposible. Quizás no aprenderé más ahora que ya no vivo en el clima agitado de Madrid?
Recojo una caja pequeña con fotos. Me siento en la silla y empiezo a ver cada una. Empiezo con las fotos de mi niñez y luego empiezo a llorar. Cómo echo de menos aquellos días pasados en la granja de mi abuelo, tratando de los animales, jugando con mis primos, sin ninguna preocupación! Llegan las fotos de mis tiempos de la universidad y ahí el corazón abre de nuevo la herida que había cerrado cuando vi la foto en que estaba yo y Luis.
Fueron dos años de buenos recuerdos, pero también tuvieron sus malos recuerdos. Jamás olvidaré la cachetada que me ha dado cuando el pregunté si me estaba traicionando. Fue por eso que rompí todo.
Me sentí la peor persona del mundo, pasé muchos días sin salir a la calle, con miedo de que él me persiguiera. Aún vivo un poco con eso miedo, al final, yo vivo sola y no tengo a nadie que me proteja.
Mi familia vive en León, o sea, están lejos de mí y también no tengo muchos amigos en Madrid. Ahora aquí en Málaga solo conozco a Salvador y a Marisol, pero ella a los fines de semana se va para Madrid para estar junto a Hugo, su novio. Me siento un poco indefensa, no sé si mi fuerza será suficiente para enfrentar la calle sola.
Son muchas las fotos que tengo y decidí tirar a la basura algunas de ellas, como por ejemplo, todas aquellas en que Luis está presente. Lloro, pero al mismo tiempo siento una paz interior que hace un montón de tiempo que ya no sentía. Creo que solamente ahora cerré completamente el capitulo “Luis” y empezaré otro nuevo. 


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